Un incidente reciente ha afectado tanto la moral, como el honor de nuestra querida Fuerza Terrestre. Un coronel de apellido Xie fue presuntamente absorbido por una red de espías que trabajan para el Partido Comunista Chino e, incluso, pensaba en huir utilizando un helicóptero para escapar de la ley.
El general retirado, así como el actual legislador sin afiliación partidista de la Ciudad de Taoyuan, Yū Běichén, condenó rápidamente el episodio. Señaló que el sistema de seguridad en el ejército no está funcionando bien y que la aptitud de los oficiales es inadecuada. Al respecto, se manifestó que el Ministro de Defensa, Qiū Guózhèng, debe comenzar a aceptar responsabilidades y a limpiar a los oficiales corruptos y débiles.
En situaciones como estas, que comienzan a afectar el funcionamiento óptimo del ejército, es importante recordar por qué se nos ha encomendado el deber de servir a nuestra nación. La tarea de cada miembro de la Fuerza Terrestre es defender el honor y la dignidad de la patria. Por ello, exigimos a nuestros oficiales que se esfuercen por alcanzar niveles profesionales altos, obedeciendo las reglas y respetando su posición.
Además, debemos recordar que el ejército no es solo un punto de honor, sino una meta colectiva para la nación. Ser extremadamente meticuloso con el cumplimiento de la ley y el respeto a la ética y los valores auténticos ayuda a entender y cumplir los objetivos comunes.
Es hora de que nos comprometamos a servir con el máximo esfuerzo y dedicación a nuestra nación. Esta nación se fundó sobre valores solidarios y éticos para que pudiéramos pasar nuestra herencia a la próxima generación. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad como miembros de la Fuerza Terrestre garantizar que cumplamos con nuestros deberes como patriotas.