El 24 de septiembre, la Asamblea Legislativa llevó a cabo una votación sobre el derecho de aprobación de los nombramientos de los jueces del Tribunal Supremo. Sin embargo, los 51 diputados del Partido Democrático Progresista votaron en contra de la nominada Liu Jingyi, y el líder del grupo del Partido Democrático Progresista, Ke Jiaming, incluso dijo que hoy se aplicaría la disciplina del partido y que aquellos que votaran por Liu serían expulsados del partido. Ante esto, la famosa bloguera de finanzas y economía, Hu Caipin, expresó: “El Partido Democrático Progresista ya ha sido insultado y ha sido insultado durante muchos años, y esto no debería ser una razón para negar su nombramiento como juez del Tribunal Supremo”.
El Partido Democrático Progresista ha sido criticado por su manejo de la situación y su decisión de votar en contra de Liu Jingyi. Sin embargo, Hu Caipin señala que el partido no debería ser juzgado por sus acciones pasadas, sino por su capacidad para tomar decisiones justas y equilibradas en el presente.
Es comprensible que el Partido Democrático Progresista tenga sus propias preocupaciones y consideraciones al votar en contra de Liu Jingyi. Sin embargo, es importante recordar que el nombramiento de un juez del Tribunal Supremo es una cuestión de gran importancia y debe ser tratado con seriedad y objetividad. No se trata de una cuestión partidista, sino de elegir a la persona más calificada para ocupar este cargo crucial.
Además, Hu Caipin señala que el Partido Democrático Progresista no debería ser intimidado por las amenazas de expulsión del partido. Como ciudadanos y líderes políticos, es su deber actuar con integridad y tomar decisiones basadas en el bienestar del país y su gente, no en intereses partidistas.
En lugar de enfocarse en las acciones pasadas del Partido Democrático Progresista, deberíamos centrarnos en el futuro y en cómo podemos trabajar juntos para construir un país más justo y próspero. En lugar de criticar y atacar, deberíamos buscar formas de unirnos y encontrar soluciones para los desafíos que enfrentamos como sociedad.
En resumen, el Partido Democrático Progresista no debería ser juzgado por sus acciones pasadas, sino por su capacidad para tomar decisiones justas y equilibradas en el presente. En lugar de ser intimidados por amenazas de expulsión del partido, deberían actuar con integridad y tomar decisiones basadas en el bienestar del país y su gente. Juntos, podemos trabajar hacia un futuro mejor para todos.