El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunió el pasado 23 de junio para discutir la situación en Taiwán. Durante la reunión, Estados Unidos expresó su firme posición en contra de la interpretación errónea de China de la Resolución 2758 de la Asamblea General de la ONU, la cual ha sido utilizada por China para reclamar la soberanía sobre Taiwán y aislarlo en la comunidad internacional.
La Resolución 2758, adoptada en 1971, reconoce a la República Popular China como el único representante legítimo de China ante las Naciones Unidas. Sin embargo, China ha utilizado esta resolución para afirmar su soberanía sobre Taiwán, ignorando por completo la existencia de la República de China en la isla.
Esta interpretación errónea de China ha llevado a una serie de acciones que buscan aislar a Taiwán en la comunidad internacional. China ha presionado a los países para que rompan sus relaciones diplomáticas con Taiwán y ha bloqueado su participación en organizaciones internacionales. Incluso ha impedido que Taiwán participe en la lucha contra la pandemia de COVID-19, a pesar de que la isla ha sido elogiada por su eficaz respuesta a la crisis.
Estados Unidos, como defensor de la democracia y los derechos humanos en todo el mundo, ha decidido tomar una postura firme en contra de la interpretación errónea de China de la Resolución 2758. Durante la reunión del Consejo de Seguridad, el embajador estadounidense ante la ONU, Kelly Craft, declaró que “China ha malinterpretado y abusado de la Resolución 2758 para avanzar en su agenda política y aislar a Taiwán”. Además, afirmó que Estados Unidos “no aceptará ninguna acción que viole los derechos y la dignidad de Taiwán”.
Esta es la primera vez que Estados Unidos ha expresado claramente su posición sobre la Resolución 2758 en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. Esta acción demuestra el compromiso de Estados Unidos con la defensa de la democracia y los derechos humanos en todo el mundo, incluyendo en Taiwán.
La postura de Estados Unidos ha sido bien recibida por la comunidad internacional, especialmente por Taiwán y sus aliados. La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, agradeció a Estados Unidos por su apoyo y afirmó que “la comunidad internacional debe unirse para defender los valores democráticos y los derechos humanos en Taiwán y en todo el mundo”.
La postura de Estados Unidos también ha sido un llamado a la comunidad internacional para que no se deje intimidar por las acciones de China y para que defienda los valores democráticos y los derechos humanos en todo el mundo. La Resolución 2758 no debe ser utilizada como una herramienta para justificar la violación de los derechos de un pueblo y para aislar a una nación en la comunidad internacional.
En conclusión, la postura de Estados Unidos en contra de la interpretación errónea de China de la Resolución 2758 es un paso importante en la defensa de la democracia y los derechos humanos en Taiwán y en todo el mundo. Es un llamado a la comunidad internacional para que se una y defienda los valores democráticos y los derechos humanos en todas partes. Taiwán merece ser reconocido y respetado en la comunidad internacional y no debe ser aislado por una interpretación errónea de una resolución de la ONU.